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Autor: Ariel Zapata

Comentario:

Pienso con tristeza, que en el partido político denominado PRD, cuando ellos dicen lo siguiente, en la presencia de la Sra. Gálvez: Que ellos abogan por la vida, la libertad y por la verdad. Y, que no tenemos ninguna de ellas, en México… Bueno, a ojos vistas, la vida si la tienen; la libertad, la tienen; y la verdad, al parecer, no la tienen. Tristeza de Partido. Pudieran cambiar a mandos jóvenes, antes de desaparecer. Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

Autor: Ernesto Piñeyro-Piñeyro

Comentario:

Con Ojos y Oídos de Niño... de 82 Años, Clamando en el Desierto". ((//1//)). AMLO o la Vida en Conflicto Constante. ¿Podéis creer, mis amados leyentes, que haya en la vida real, personas que estén siempre conflictuándose con todo el mundo, como en las telenoverlas? Que, en sus sistemas de creencias y valores, consideren la riña ciega, patológica y la querulancia sostenida contra todos, como la más inteligente manera de resolver los problemas derivados del diario vivir. Es más, que le den título y grado de inteligencia superior deseable e irrenunciable, al mismo tiempo que consideran a la tolerancia, el respeto y la negociación, como muestras de debilidad y cobardía. Lo digo literalmente, por alguien que tiene en su haber, rencillas con muchos países que antaño mantenían relaciones pacíficas con México. Países que, en multitud de ocasiones, manifestaron simpatía, empatía, afinidad, entre pueblos como el de nosotros. Me pregunto, ¿Qué culpa tenemos los mexicanos, de los soterrados conflictos de identidad y complejos de inferioridad en la personalidad de AMLO? ¿Para que nos embarque en situaciones de odios jarochos y tabajqueños inexplicables, que la gran mayoría de los mexicanos no sentimos? Nunca nos preguntó, ni siquiera con su estilo favorito de "A mano alzada", si deseábamos pleitear o embroncarnos con todas las naciones, con las que ya echó pleito, ofendiéndolos visceralmente. Burlándose de sus sistemas de gobierno, sus elecciones, su estilo de solución de crisis y problemas y otras dimensiones de su vida nacional. Pero, que, por otro lado, calla, ensalza, solapa y ayuda, a otras, aún a costa de la ayuda interna urgente de nuestro pueblo, que está en situaciones inesperadas y catastróficas, como Acapulco, por lo tanto, de máxima necesidad. Naciones que se distinguen por la represión a la libertad de expresión, religiosa y económica de sus ciudadanos. Que por décadas han mantenido en la miseria y la de pauperización, la estrechez y la enfermedad por hambruna, como forma de control a sus gentes. No tiene caso mencionar los nombres de las naciones de las cuales AMLO está en favor o en contra, por ser harto conocidas y no caer en el error que le señalo, de ser juez supremo inequívoco de vidas, gentes y preferencias vitales. A la vez, que cualquier externa mención a sus turbios manejos del poder en nuestro país, la vea como una flagrante intervención en nuestros asuntos y lo vocifere a los 20 vientos. ¿Como es posible, que AMLO se autodefina como un hombre de paz? Si cada día vomita repetitivamente y hasta el cansancio ante sus paleros, dicterios y baldones contra sus legítimos adversarios. Nótese, dije, legítimos adversarios, pues en México, hasta ahora, y espero que siga así, tenemos el derecho a disentir pacíficamente, entre los mexicanos. Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

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