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Autor: José Rivero

Comentario:

La verdad, una persona mentirosa, crónicamente mentirosa es desagradable, crónicamente desagradable. Una persona mentirosa es inmoral, sucia y ese es el némesis de la política, los políticos mienten a menudo y toman decisiones acorde a engañosos escenarios aún a costa del sufrimiento de millones. Tenemos ahora frente a nosotros a dos grandes mentirosos sentados en sillas presidenciales y es necesario hacerles saber que no les aceptamos ni creemos sus mentiras; podrán engañarnos un par de veces pero no siempre. Callar ante ellos es complicidad, el que calla otorga. Por lo pronto justificar la mentira es tan inmoral como el mismo mentiroso. Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

 

Autor: Federico Zertuche

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No tiene la culpa el Peje, sino quienes lo hicieron compadre. Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

 

Autor: Ariel Zapata

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Amigos de Monitor Político, en el tránsito constante y personal hacia la verdad, he procurado buscar y tomar ejemplos dignificantes como modelos a seguir en el comportamiento humano y valórenme en esta ocasión, por el hecho de transcribirles algo que me encontré en mis apuntes y que considero un ejemplo de cómo habituarse al manejo cotidiano de la verdad para trascender como personas, como norma de conducta: “De Marilu a Laura Josefina: (Agosto del 2001). Como voy a tratar y a educar a mis hijos: Hasta ahorita sólo tengo una hija y me hace tan feliz, que no se puede describir, nadie puede saberlo con exactitud, hasta no experimentarlo. Pienso que la educación y la formación de un hijo, en una situación óptima, debe ser cosa de dos, y sea cual sea la forma en la que uno eduque a sus hijos, el eje central de este asunto es la coherencia entre lo que le diga que debe hacerse y la forma en la que ellos vean que actuamos. Conozco decenas de personas que reprimen a sus hijos porque de repente les descubren una mentira, pero hacen todo lo posible por conseguir facturas a través de otras personas, para deducir impuestos. Otros casos en los que les exigen portarse bien, pero se pasan una luz roja cuando no viene carro, se dan vueltas prohibidas porque es más rápido y tienen prisa, y si pueden, se estacionan en lugares prohibidos, porque no encuentran otro lugar. También conozco personas que están muy orgullosas de la espiritualidad que les dan a sus hijos en la escuela religiosa y se dicen muy cristianos, pero tienen el cable pirata y se cuelgan de una línea de internet, justificando sus acciones diciendo que todo eso es muy caro. Hace poco asistí al funeral del padre de una tía. Al final de la misa, ella pasó al frente y habló de su padre y de cómo fue su vida. Ella estaba visiblemente tranquila, como si estuviera segura que su padre ya estaba ciertamente en mejor vida. Se expresó de él en una manera tan intensa y con unos adjetivos tan concretos como: “integro, honesto, coherente, servicial, generoso”, que incluso a mí se me hizo un nudo en la garganta. Quisiera que el día que yo muera, mi hija se exprese así de mí, pero sobre todo, quisiera que dijera que su mamá era una persona íntegra y que nunca se contradecía. Creo que la mejor manera de educarla es viviendo los valores que le quiero inculcar. Dejándole claro en su forma de ser y de actuar, que los valores no pueden ser flexibles. Que no se puede ser honesta si se da una vuelta prohibida en el carro, ni generoso, cuando se regala sólo lo que le sobra”. Que esta Semana Santa les sea de intensa reflexión. Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

 

Autor: Ernesto Piñeyro-Piñeyro

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"Con Ojos y Oídos de Niño. La  Buena Conducta, se Premia; la Mala, se Castiga. Esto lo sé perfectamente y sin dudas, desde los cinco años de edad. Me lo enseñaron mi madre, mi padre y mi abuela paterna. Y con un dicho me advertían lo que pasaría si me atrevía a romper las reglas de la convivencia doméstica; "El que juega, se aguanta, y si no, se atiranta". Siempre actuaron en consecuencia, sin arreglos,  ambivalencias, procrastinaciones, tratos, componendas. También me enseñaron el valor del perdón, pero nunca otorgado en la reincidencia. Cuando esta se daba, la pena era inflexible. Debo señalar que el castigo físico, si lo había, estaba de acuerdo con la edad del infractor, y con la conducta exhibida, nunca sentí que abusaran de mi condición de niño. O que las penas, excedieran lo que se trataba de corregir. La comida, los postres y el descanso, nunca se vieron incluidos en el catálogo de sanciones. Nunca recibí de ellos, bofetadas, pellizcos, jalones de orejas o de cabellos. Por alguna curiosa razón, mis padres me enseñaron que el rostro o la cara, eran intocables, y que nunca debería permitir a nadie, que me la tocara. Después supe que es una antiquísima tradición en muchas culturas, y que cuando se trataba de ofender a una persona, se le abofeteaba. Como se ve en las películas, por los retos a duelo entre caballeros, que se cruzan la cara con un guante. Por lo anteriormente explicado, no entiendo la negligencia o tolerancia de AMLO, para las obvias conductas delictivas de diferentes grupos de activistas, sean maestros, ladrones de combustible, desempleados y hasta migrantes. Puede vérsele como débil, indiferente al desorden, tolerante en extremo, temeroso, o simplemente, inexperto en la aplicación de la Ley y el orden. O de una connivencia perversa, planeada y orquestada perfectamente, para obtener sus fines. "A río revuelto, ganancia de pescadores", es otro de los apotegmas que el Pueblo Bueno, usa para describir estas situaciones. Una vez más, me siento obligado a señalar las incongruencias de AMLO como presidente de México. Los mexicanos tenemos refranes para esas situaciones, que demuestran lo que piensa el Pueblo Bueno; "O Todos Coludos o Todos Rabones. O, "Todos Hijos de Dios, o Todos Hijos del Diablo". Me gustan muchos de los planes de este señor, pero no dejo de percibir con cautela y preocupación su actitud de izquierda. Mi experiencia con líderes universitarios de esa orientación, que estaban decididos hasta la auto inmolación y la traición entre compañeros, si esto garantizaba el triunfo de la causa, me obliga a tener ojos y oídos "muy abiertos". Las palabras que escuché de ellos, me las recordó la serie rusa sobre la vida de León Trotsky, quien le advierte a su propio padre, que se lo escabechará, a su vieja, y hasta a sus propios hijos, si es necesario, para el triunfo de la revolución. ¿Sabría esto el Pueblo Bueno cuando votó por él? Todo esto que pasa con el desempeño de AMLO, lo analizo con "Ojos y Oídos de Niño" ¡Aguas! Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

 

Autor: José Guerrero Reséndiz

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Buenos días, preciados pericos, esto fue en Agosto de 2015 redes sociales. Las Tribus en la aldea global es un término posiblemente acuñado por el filósofo canadiense Marshall McLuhan, como expresión de la exponencialmente creciente interconectividad humana a escala global generada por los medios electrónicos de comunicación. En 1968, McLuhan escribiría el libro Guerra y paz en la Aldea Global. El término se refiere a la idea de que, debido a la velocidad de las comunicaciones, toda la sociedad humana comenzaría a transformarse y su estilo de vida se volvería similar al de una aldea. Debido al progreso tecnológico, todos los habitantes del planeta empezarían a conocerse unos a otros y a comunicarse de manera instantánea y directa. Como paradigma de aldea global, McLuhan elige la televisión, un medio de comunicación de masas a nivel internacional, que en esa época empezaba a ser vía satélite. El principio que impera en este concepto es el de un mundo interrelacionado, con estrechez de vínculos económicos, políticos y sociales, producto de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), particularmente Internet, como disminuidoras de las distancias y de las incomprensiones entre las personas y como promotoras de la emergencia de una conciencia global a escala planetaria, al menos en la teoría. Esta profunda interrelación entre todas las regiones del mundo originaría una poderosa red de dependencias mutuas y, de ese modo, se promovería tanto la solidaridad como la lucha por los mismos ideales, al nivel, por ejemplo, de la ecología y la economía, en pos del desarrollo sustentable de la Tierra, superficie y hábitat de esta aldea global. Por otro lado, no deja de ser verdad que, como ya evidenciaba la teoría del efecto mariposa (teoría del caos), un acontecimiento en determinada parte del mundo puede tener efectos a una escala global, como por ejemplo las fluctuaciones de los mercados financieros mundiales. Saludos. Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

 

Autor: Ricardo Garrés Valdez

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Einstein previó que había “agujeros negros" en el universo, pero él no pudo imaginar que adonde van los humanos van dejando un enorme basurero: los océanos son un basurero de plástico, el espacio, con piezas de satélites y sus desórdenes también. Si te quedas en tu pueblo o rancho, te mueres de hambre, si emigras a Monterrey o a la CDMX te mueres por el aire contaminado… Y claro, condenas a tus hijos a una serie de enfermedades como asma, padecimientos del corazón entre otros padecimientos, "cortesía" de los Privados de Iniciativa que se ufanan abiertamente que "producen empleos"; si, pero con salarios de hambre y envenenado el medio ambiente: el aire, y claro, las aguas y las tierras. El mar ya es un basurero, igual que el espacio que nos rodea, hasta con animales muertos. Y claro, los autos producen contaminantes, pero el mayor porcentaje lo produce la industria "en las nochecitas", cuando nadie ve.  Creo que cada "citadino" de Monterrey -y del CDMX- debe recitar todas las mañanas un "acto de contrición", pero no a Dios ni a la non santa Iglesia católica, sino dirigida a sus hijos: "Hijos míos, me confieso ante ustedes que soy un cobarde, falto de valor civil para exigir se respete vuestra vida y salud, pues empresarios y gobierno, reducen su vida y medran su salud todos los días de su existencia." Así es conmigo. AMLO tiene razón: que salgan a flote los traidores: aquellos que roban documentos del gobierno y los hacen públicos. No importa que sea Reforma u otro medio. Y claro, si estos batos de Reforma "no cantan", entonces AMLO debe de demandar a los dueños de este medio para que aprendan que hay un estado de derecho, no un estado PRIANISTA. El gobierno no puede ser un cedazo lleno de espías y traidores prianistas, conservadores fifís. Y conste que no creo en cuentos de ser buenos esta temporada que la iglesia católica impone a sus feligreses que coman, que no coman, y "que se hagan buenos"... Lo que no es bueno, no cambia su naturaleza temporalmente para celebrar algo que no está en su espíritu. Ni modo que los empresarios dejen de  ensuciar el aire mañosamente durante las noches, igual que AMLO con PEMEX con la refinería de Cadereyta. No sé si AMLO sepa que es maloso en Monterrey, puede que "sea maloso en Monterrey sin saberlo": pero "ya está avisado": abajo con esa refinería contaminante; o la arreglan o la cambian o la hacen fierro viejo, como la fundidora: Amen. Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

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