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Autor: José Rivero

Comentario:

En el pecado encontramos la penitencia. Max Káiser, mejor politólogo nos comparte una reflexión: ¿Como podríamos vivir si no hubiera corrupción? Comparto con él, mucho de su pasión por repudiar la corrupción, pero difiero en el origen de la misma. Somos los ciudadanos los culpables más que los políticos y funcionarios. Yo le llamo la vida sabrosa con el rico sabor de la corrupción. La vida fácil. En el pecado encontramos la penitencia. Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

Autor: Ervey Cuéllar

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Desde hace días, que escucho debates, pláticas, reuniones, y hasta mentadas de madre, entre los integrantes del Congreso del Estado, por una supuesta reforma que se quiere hacer a la Ley de Salud del Estado, a efecto, de que se asiente en el acta de defunción que el fallecido dejó de existir por causas de la contaminación, y esto, tiene una serie de preguntas que tenemos que formularlas para llegar a conclusiones de reformar o no reformar la mencionada ley. En cuanto a esto tenemos que preguntarnos si los encargados de la reforma saben o no leer o si checaron o no el código civil del Estado. La respuesta a esta pregunta es negativa, pues, resulta claro que, en el código sustantivo del Estado, la situación que se quiere reformar aparece debidamente regulada en el artículo 119 fracción I. II. III. IV. la causa que determinó la muerte, el destino del cadáver, nombre y ubicación del panteón o crematorio; V. VI. VII. VIII. IX.; luego entonces, me pregunto ¿en qué consiste la reforma que se quiere hacer? cuando la ley civil lo regula perfectamente, o se trata de reformar por reformar y no hacer nada, o solo perder el tiempo, en situaciones jurídicas que no ameritan modificación alguna, cuando ese tiempo, pueden ocuparlo en otras modificaciones o reformas que realmente lo ameriten, o simplemente, dedicar ese tiempo a tratar de sacar el rezago de reformas que tienen en sus  bolsillos y que no hacen ni el intento por hacerlas, como dice el filósofo Juan Gabriel, pero qué necesidad, de gastar el tiempo en cosas intrascendentes, que lo único que deja en evidencia es agudizar la ignorancia y ni tan siquiera darse cuenta que navegan en ella. ¿Qué elegante forma de perder el tiempo, no cree Usted? Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

Autor: Ernesto Piñeyro-Piñeyro

Comentario:

Con Ojos y Oídos de Niño... de 83 Años, Clamando en el Desierto". Historia de Tres Supermercados; Dos Gringos y Uno Mexicano, 15 Años Después. A lo largo de ese período de tiempo quizá un poco más, me dediqué a comprar, comparar y calificar las siguientes variables en el funcionamiento de estos tres negocios. Como el servicio al cliente, la calidad de los productos ofrecidos, políticas de reembolso y regreso de mercancías por diferentes razones, como productos dañados y con merma, peso equivocado. Así como limpieza del local, arreglo de estantes, mantenimiento de la cadena de frío en carnes, mariscos, lácteos y otros perecederos. También respeto de ofertas, descuentos y precios. Incluí, capacidad del estacionamiento, vigilancia del mismo, y respeto de los espacios para incapacitados, por elementos de seguridad privada. Además, de buen trato, diligencia y disposición de servicio desde las cajeras, los empaquetadores, hasta los carniceros, jefes de área, supervisores y gerentes. Me duele ver los resultados, pues el ganador fue uno de los gringos, en segundo lugar, el otro gabacho y al final, el mexicano, que calificó mal y peor en todas las variables. Menos en una, la variedad de artículos para el hogar, en la cual superó a las otras dos, pero no bastó para mantener una posición cercana a ellas. Finalmente, la mexicana se retiró del mercado y del local, el cual ya había sido ocupado previamente por una cadena que venía de la CDMX y fracasó. En repetidas ocasiones platiqué con la gerente del supermercado mexicano, una guapa dama en sus cuarenta y tantos de edad, advirtiéndole que me parecía que tendrían que cerrar. Basándome solo en su estacionamiento, que se veía vacío de clientes y automóviles, comparado con el del super gringo, que estaba nomás cruzando la calle, siempre lleno. Además, le comenté, como una muestra de la ausencia de supervisión de sus empleados, que en una ocasión un pollo asado que compré traía dentro una bolsita de papel, con las vísceras ¡Crudas! En otra, un pescado que cayó al suelo fue regresado, por el encargado, sin lavar o desechar, a la vitrina de exhibición junto a los otros peces. La tercera, una pila de chiles secos, resbaló, como avalancha hasta el piso, una humilde señora de limpieza los juntó con un recogedor, ¡Y los regresó al montón que estaba en la mesa! Además de mis reportes de lo observado en la calidad en general de su personal. Por varios años, su respuesta fue, que "Son rumores de la competencia", a los que ellos, como empresa, no hacían caso pues eran una visión distorsionada del mercado. Le propuse una apuesta, que ella aceptó y que saldaríamos de un modo "Sui generis", (Imagínenselo), si se concretaban mis diagnósticos, que se cumplieron en menos de cinco años. Me fue imposible localizarla cuando cerraron las puertas de su centro de trabajo. ¡No pude hacer efectivo mi merecido premio! Nota bene; el súper gringo que quedó en segundo lugar. Tiene una historia de incumplimientos, engaños y problemas con sus clientes, debido al poco interés y maltrato de los clientes por parte del personal. Quienes da la fuerte impresión de no haber sido capacitado adecuadamente, ni es supervisado sistemáticamente, para que cumpla con las políticas de calidad de la empresa, si es que las hay. ¡Ojo!  Hay otras cadenas mexicanas de supermercados, que muestran los mismos síntomas de deficiencias en sus servicios. ¿No les preocupa?  Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

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