Autor: Ernesto Piñeyro-Piñeyro
Comentario:
"Con Ojos y Oídos de Niño... de 83 Años, Clamando en el Desierto". ¡Hasta cuando, Samuelito y Claudita! "Viaje en Camión Urbano en el Área Metropolitana de Monterrey"; por una Mujer del Pueblo, Trabajadora, Joven y Bella. Sentido y rabioso artículo, dedicado a Samuelito, Marianita, las Claudias, las Di-puta-das de los partidos y las mujeres de las familias de todos los malditos políticos huevones; Abuelas, Madres, Hijas, Hermanas y Nietas. (Incluidas sus queridas, sanchos y mayates). A ver si hacen algo por nosotras, las que pagamos sus sueldos, con los impuestos que nos descuentan de nuestros famélicos ingresos, en perjuicio de nuestros hijos. Veamos; Soy una mujer joven, en mis 50 años de vida y con más de 45 ardientes veranos de transportarme, desde niña, en las inmundas y viejas latas de sardinas regiomontanas. Es decir, ¡Toda mi vida! Las que los viejos descarados, (Camioneros, Gobernadores, alcaldes, Líderes Sindicales, Políticos y Choferes), y sus chinches viejas cómplices, llaman burlonamente autobuses del transporte dizque urbano o humano. Pero, todos ellos se desplazan en automóvil propio, con aire acondicionado, y a veces con chofer. No sé si son o se hacen pejendejos y pejendejas, ni si lo son de nacimiento o por elección libre y propia. ¡Da lo mismo! No soy una mujer fea, ni una belleza deslumbrante, solo me veo como una mujer norteña, sana y fuerte. Pero estoy cansada, tal como muchas regiomontanas que han dedicado su vida al trabajo puntualmente por años, a veces con prisa y sin pausa, llueva, truene o relampagueé. He trabajado incontables y largos años, alejada de las mínimas comodidades, así como de todos los vicios tan comunes y frecuentes en esta época. He vivido las etapas de mi vida, como hija respetuosa y obediente de mis padres, como hermana protectora, así como esposa y madre. Como ciudadana solidaria con los desfavorecidos. ¿Por qué menciono esto? Pues por el solo hecho de mostrar que he sido una persona que se jacta de vivir de acuerdo con las normas morales de la sociedad en que nací, crecí, estudié y he trabajado sin descanso. Siempre contribuyendo al bienestar común, sin pedir, exigir o recibir canonjías que no merezco, ni necesito. Tal como si lo hacen muchas descaradas que se auto proclaman, ¡Feministas de hueso colorado! Deseo invitar a la presidenta Claudia y a su hija, así como a Beatricita, la no-primera ex-dama de México y a Marianita, la esposa del niño chiflado, mamón y puñetón Samuelito, con la bebita de ambos.
- Creado el