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Autor: José Rivero

Comentario:

Ángel de la Guarda. Gran inquietud en el sector conservador del país causó una nueva declaración de Andresito el travieso al decir que él se constituía en (¿supremo?) guardián del proceso electoral que justo empieza. Se dice que esa postura anticipa una descalificación general de los procesos electorales y en particular del instituto nacional electoral. Esta postura no es nueva en la historia mundial. Una divinidad tutelar según la “Wiki” era un espíritu a cargo de ser guardián, patrón o protector de un lugar particular o nación o cultura en las religiones politeístas. Veremos si AMLO se pasa de sus facultades o atribuciones. Esta atribución particular de AMLO nos recuerda la definición de “mesianismo”. Por mesianismo se entiende: una tendencia a una particular cosmovisión que se relaciona con un particular cambio de un estado de desarrollo (4a. transformación) donde una sociedad o grupo de creyentes es impulsado por la llegada de un "mesías" o héroe, al que corresponde el establecimiento de un nuevo orden que dará origen al mundo utópico. En el mundo secular moderno, especialmente en la política, al mesianismo se lo relaciona con el populismo y con el Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

 

Autor: Ernesto Piñeyro-Piñeyro

Comentario:

​"Con Ojos y Oídos de Niño". Los Albureros Chilangos y el Sancho. ¡Les gané la partida! Hace ya varios años, me encontraba en la CDMX, en medio de un grupo compuesto por familiares míos capitalinos y algunos chilangos, amigos suyos. Se daba el esperado y consabido bautizo de fuego con albures, para un provinciano, o sea yo. Me había negado a participar en su juego, especialmente porque se puede llegar a niveles de burla y animadversión intolerantes, con resultados inciertos. Después de un rato de estarme rondando como moscas a la miel, me metieron en su circo de tres pistas albureras. Soporté, con una sonrisa forzada su insistencia en probar mi madurez de hombre de mundo. En ese momento, me acordé de don Mario Valle y sus consejos para cuidar a los sanchos. Qué por muchos años dio en su programa de "Codazos" del medio día, acompañado del Pepón y don Chucho. Decidí tomar la contra ofensiva, con ese estilo de humor. Les dije, "Voy a darles unos consejos, que usamos allá en el norte, para tratar a los sanchos, para que hagan bien sus encomiendas y mantengan felices a las esposas". Se empezó a notar un silencio y una incomodidad en sus sonrisas, que no tenían minutos antes. "Lo primero", les dije, "Es poner al sancho en el IMSS, para que esté protegido y cubierto contra accidentes, durante la ejecución de sus obligaciones sanchezcas". Más silencio y menos risas. "Después, comprarle una póliza de seguros contra accidentes, de gastos médicos mayores. Por si las dudas o si lo dejan inservible por uso excesivo y violento durante la realización de sus faenas". "De esa manera nos evitamos demandas laborales, ante la Junta de Conciliación y Arbitraje". "Un tercer consejo importantísimo, es saber las fechas de su cumpleaños y de su santo, pues son muy sentidos si no se los celebramos. Así como las medidas de su ropa, para que no usen la nuestra". "Esto incluye los piyamas, pues es muy molesto encontrarse las nuestras tiradas debajo de la cama o en el baño, todas arrugadas y con olor a humo de palos de otro hogar". "Les aseguré bajo palabra de honor, que, si seguían mis consejos y sugerencias, sus matrimonios serían más estables, sus viejas más felices y ellos estarían tranquilos, seguros de que sus ñoras no andarían jacaleando, por a´i". "Una sugerencia final, tómenle pruebas de ADN al sancho, para que estén seguros de que todo lo que cayó en la trampa, es de uno de los dos cazadores". En esos momentos, toda la chilanga concurrencia, tenía la expresión facial congelada, con caras de pocos amigos. Como si les hubiesen extraído los incisivos y se les hubiesen colgado y sumido los pómulos. (Cómo suele pasar y acontecer con esas operaciones dentales). Éramos como diez circunstantes, de los cuales cinco o seis dijeron que iban al baño, y me quedé solo con mis parientes. Me dijeron, "No la amueles primo, con las viejas no nos metemos". A lo que respondí, "¡Bah, por qué no, cada quien escoge su manera de matar chinches, y esa es la mía!". Me despedí, y me retiré con una sensación profunda e intensa, de haberme desquitado con creces de sus burlas. ¡Gracias don Mario y Pepón, por sus consejos, arriba el norte! Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

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