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Autor: José Manuel Reyna de la Fuente

Comentario:

Saludos afectuosos y con respeto y admiración a nuestro amigo Ángel a quien llamamos con cariño el Perico Mayor. Para Él y a Doña Pila les deseamos muchos años más de feliz vida Conyugal con sus retoños. Una breve reflexión. Hay quien dijo que la peor conducta de un ser humano, sobre todo cuando tiene poder de mando es creer que está haciendo bien lo que a la luz del sentido común, de la lógica, de la moral y lo jurídico, resulta falso e inaceptable. El vacío de responsabilidad de quienes están al frente de instituciones podría arrastrarnos a todos hasta desbarrancarnos en el caos. Los comentaristas más vistos, escuchados y leídos, estos últimos aquí en Monitor Político, deseamos por el bien de México y el Mundo que ya con lo que nos dicen no terminemos cada noche en la almohada con sueños tan inquietos, reflejo en el consciente y subconsciente de tanta insensatez, pugnas, desajustes, luchas, matanzas y demás. Nos preocupan nuestros hijos, nuestros nietos y para algunos de nosotros quienes nos escuchan en las aulas universitarias motivarlos para el bien, pues es difícil sembrar en ellos idealismos de mansedumbre y optimismo. Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

 

Autor: Ernesto Piñeyro-Piñeyro

Comentario:

"Con Ojos y Oídos de Niño". Dos maestros de prepa, temidos y odiados por sus alumnos. (1957-1959), Ambos eran médicos, de la vieja escuela de galenos de nuestra ciudad. El Dr. Piedra, (Creo que se llamaba Jesús), nos daba anatomía o biología. Mis hermanos pasantes de medicina, también lo conocían pero ignoro si les dio clase en la facultad de medicina. El segundo era el Dr. Mateo Sáenz, el viejo, pues su hijo, también médico, se llamaba igual. Este chavo, ya médico, se presentó en la clínica del Dr. Camelo, donde laboraban mis hermanos, y mesiánicamente, como muchos izquierdistas, se ofreció a curar a todos los pacientes por medio del Método Dialéctico. Un paciente agitado lo golpeó y lo derribó, no sé si perdió la consciencia. Solo tomé clases con el primero, al segundo lo conocí porque sus clases se llenaban de oyentes hasta las banderas, con raza que se divertía con las cosas que decía de la religión, la masturbación y la Virgen de Guadalupe. Ambos eran crueles, burlones, amenazantes, abusaban de la ingenuidad, inocencia, y buena fe de los alumnos, todos adolescentes. Les gustaba ironizar a costa de la ignorancia e inseguridad personal de los chavos. En lugar de educarlos y orientarlos, en esa época de la vida, tan importante en el desarrollo seguro del ser humano. Que para muchos estudiantes, que carecían de guías conductuales en sus hogares, eran víctimas de sus tropelías inhumanas. No era el caso mío y de mi hermano gemelo, que contábamos con el apoyo y consejo de nuestros hermanos mayores, pasantes ya de la carrera de medicina. El Dr. Piedra era un hombre con expresión satírica, en su cara. Muy delgado y pequeño de cuerpo, manos huesudas, vestido siempre con trajes obscuros. Nos preguntaba la clase, clavándonos su mirada, se sonreía de lado, al ver la inquietud que generaba en los pobres chavos, y soltaba sus epítetos descalificadores. Toda la raza, lo odiaba y temía a la vez, juraban que cuando pudieran, se las iba a pagar. En cuanto al Dr. Mateo Sáenz, se divertía con una media sonrisa sardónica, cada vez que lograba sacar de balance a algún alumno católico. Era una persona regordeta y bajita, de pelo lacio y copete sobre la cara, mal fajado, panzón y de cadera quebrada. Ojos saltones, labios gruesos y brillosos. Traía un viejo y destartalado carro Chevrolet en cuyas puertas, la raza había rayado a navaja, uno de sus lemas favoritos; "Dios no existe". Muchos alumnos, llegaban al llanto cuando negaba las apariciones de la guadalupana, y se burlaba de los dogmas de la religión Católica Romana. Si los comparo a ambos, con otros médicos que nos dieron clase, como el Dr. Pérez Gálvez, enamorado de las etimologías griegas del español. El Lic. Ricardo Vázquez Narro, entusiasta de la historia universal. O el Lic. Ignacio Camacho Casillas, erudito latinista, musicólogo avezado, filósofo conocedor, y gastrónomo consumado. Que le echaban muchas ganas a educarnos más allá de los planes de estudio, los dos médicos pierden en la comparación, y eran poco estimados por el alumnado.  Lo cierto es que estos dos maestros, eran la antítesis de la vocación pedagógica, y desaprovecharon miserablemente la oportunidad de formar buenos ciudadanos. Aunque sé que hay quienes aprecian al menos a uno de ellos. Nota aclaratoria; los años eran 1957-1959. Tomen nota. Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

 

Autor: Ricardo Garrés Valdez

Comentario:

Antes de partir en mi viaje quise escribir un par de comentarios. "Exige un funcionario americano ver el plan anticrimen" de AMLO ¡Hilarante! Enseñen los suyos primero, para evitar las 100 muertes diarias por consumo de opiates, de la siembra de marihuana en sus parques nacionales y la producción de "moonshine" en los Apalaches, así como la exportación de armas a México. Y Guadalupe Loaeza me da risa. En lugar de poner "El Chapito" a su artículo en Reforma/El Norte, debió ponerle "Voy a presumirles de mi viaje a Paris." Si los taxistas franceses según ella, están tan informados de los problemas de México, debió preguntarles "¿Y así estaban de informados de los crímenes de ustedes en Argelia? ¿O de la hambruna producida por el derechista Macri, en Argentina? ¿o las violentas protestas contra el neoliberalismo en Chile, que Le Monde reporta? ¿O las represiones y la quema de Amazonia de Jair Bolsonaro, presidente derechista de Brasil? ¿O sus propias protestas de los "Gilet Jaunes" en Paris? Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

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