Skip to main content

Autor: José Rivero

Comentario:

Solo las consecuencias. Independientemente de cuál es la verdad del caso Debanhi, y de que esta verdad se haga pública, podemos sacar una muy dolorosa conclusión, la sociedad entera falla. El caso es una fiel radiografía de lo que nos sucede: Nuestros hijos no le tienen miedo a la noche, vaya, ni siquiera respeto. Los padres fallamos al no saber dónde andan nuestros hijos. “Mi hijo tiene su conciencia formada y puede llegar a la hora que él quiera”. Las autoridades brillan por su ausencia o están coligadas a la delincuencia. Falla el sistema educativo, falla la iglesia. La sociedad entera falla al no estar organizada. Ahí están las consecuencias. Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

Autor: Federico Zertuche

Comentario:

Abandonan a AMLO. Gilberto Guevara Niebla, uno de los principales líderes del movimiento estudiantil de 1968, experto en educación más importante de México, hombre de gran trayectoria y honradez dentro de la izquierda mexicana, ha roto con Obrador. En un artículo fulminante "La decepción y la esperanza", Guevara Niebla expone sus contundentes razones, de las que extraigo algunas por cuestión de espacio: "Cada vez más personas de mi entorno abandonan a AMLO. Las motivaciones son obvias. El presidente decepcionó. No acabó con la pobreza; en vez de eso, otorgó dádivas y aplicó políticas clientelares para obtener beneficios políticos; no acabó con la corrupción; pero se opone testarudamente a que su gobierno rinda cuentas en el uso particular del dinero público. En la izquierda democrática hay mucho descontento con la deriva autoritaria del gobierno, con su carácter autocrático, con la fractura del principio de la división de poderes, con la militarización, con la política de odio que ha dividido a México y que, inevitablemente, dejará hondas heridas en el cuerpo social. Nos equivocamos quienes pensamos que el gobierno de AMLO era de izquierda. Hoy es perfectamente visible que su inspiración principal proviene del viejo PRI: de allí sus políticas clientelistas, sus ideas nacionalistas, su proteccionismo económico, su autoritarismo, sus ideas estatistas y su pragmatismo egocéntrico. Él no posee el valor supremo de la dignidad del ser humano: día con día despotrica contra sus enemigos, agrede, insulta, descalifica, acusa, demoniza, denosta, humilla y ultraja a otros mexicanos que simplemente, no comparten sus ideas. AMLO no es un hombre bueno, no es un hombre honesto. Dice respetar la moral, pero se comporta como un hombre violento, frustrado, poseído por el odio, por la amargura, el resentimiento y el revanchismo, sin importarle los daños a terceros o a la nación." No es el único personaje de las izquierdas democráticas que disienten pública y rotundamente del populista López, y desmienten que sea de izquierda, también lo han hecho José Woldenberg y Roger Bartra, por citar dos ilustres referencias. ¿Tren Maya? No, #gracias, yo prefiero la selva. Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

Autor: Luz María Ortiz Quintos

Comentario:

¡Padres de familia, estamos fallando como Autoridad con nuestros hijos adolescentes! CirculaEnRedes. El caso jóvenes desaparecidos es un foco rojo encendido indicando que como padres estamos dejando mucho que desear. No es posible que nuestros hijos salgan cuando quieren sin que sepamos a dónde y con quiénes van. No es posible que se vayan a la fiesta, lleguen a la hora que se les pegue su regalada gana y nosotros durmiendo a como si nada. No es posible que se embriaguen o se droguen y nosotros bien gracias, están viviendo "lo que yo no pude vivir". No es posible que se les permita tantas libertades solo porque no queremos parecer anticuados y aburridos. Yo como padre tengo la obligación de saber a dónde fregados va, con quiénes va, a qué hora termina la dichosa fiesta y qué es lo que vas a consumir. Es más, dime dónde es, yo te llevo e igual paso por ti. Tengo la obligación, de estar parado en la puerta del lugar, apurándolos para irnos, si es que ya se pasó de la hora acordada, ¡jálele! Con la tecnología que tenemos hoy en día, me mandas tu ubicación en tiempo real, los números de tus "amigos", y del lugar donde vas para monitorearte toda la noche, despierto si es posible, no me duermo hasta que llegues a la hora que te dije o a la próxima ¡no sales! Mientras vivan bajo nuestro techo son nuestra responsabilidad y tienen que obedecernos quieran o no quieran. ¡Sorry! llámenme aburrido y anticuado si quieren, no me importa, pero así se evitarían tantas violaciones, secuestros, asesinatos (no digo feminicidios porque igual le pasa a un varón), embarazos no deseados, entre otras cosas. Los padres hemos perdido autoridad sobre nuestros hijos y aquí las consecuencias. Tache para ese padre, sobre todo que la dejó salir dejando "un tiradero su cuarto", como él mismo comentó. Es lamentable, pero es una señal para que como padres nos pongamos las pilas. Ahí afuera hay mucha maldad. no podemos seguir exponiendo a nuestros hijos e hijas. Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

Autor: Ernesto Piñeyro-Piñeyro

Comentario:

​"Con Ojos y Oídos de Niño... de 80 Años". El Costo del Acomedimiento y la Servicialidad. Definición; Servicialidad es una actitud de vida, típica de aquellos que viven para satisfacer las necesidades de los demás. El servicio auténtico es desinteresado, alegre, magnánimo, no espera nada a cambio. Siempre he sido una persona acomedida y servicial, no servil. Son cosas muy diferentes. Lo puedo afirmar sin falsa modestia, al grado que caigo mal y me he ganado calificativos ofensivos, por ello. Por lo mismo, cada vez me surgen dudas respecto a lo valioso de tales conductas y actitudes. Un ejemplo de la vida real; En la esquina de las calles donde yo viví por 14 años, en San Pedro, casi semanalmente de daban accidentes de tránsito de todos tipos. Me tocó rescatar damas de sus autos, a punto de explotar y a otras las saqué en medio de dolores intensos por fracturas expuestas. En los años que viví allí, solo una bella señora se presentó a darnos las gracias por haber rescatado a su hijo, que milagrosamente se salvó. Nos llevó un gran ramo de flores, en señal de reconocimiento. En otra ocasión, a una señora popof o fifí, la pasé a la sala de mi casa, le ofrecí un vaso de agua, que rechazó y se limitó a llamar a un empleado de su marido, al que le dio instrucciones de cómo proceder con los oficiales y el seguro, salió sin volver la cabeza, ni expresar una palabra. Los estruendos de los choques, se percibían al interior de mi domicilio perfectamente, por lo cual, puse en las memorias de mis teléfonos fijos, los números de emergencia del municipio. Una tarde lluviosa, se escuchó un choque, seguido de los relinchos de un caballo. Salí inmediatamente y me encontré frente a la entrada de mi casa, un caballo con el lomo en ángulo de 90 grados pataleando, tirado en el piso y sin poder levantarse. A su lado, un viejo indigente, con los ojos ya casi fijos, entreabiertos y rodeado de tres o cuatro perros famélicos oliéndolo nerviosamente. Traté de incorporarlo, pero se quejó débilmente, por lo que así lo dejé. Llegó una patrulla y el oficial se bajó y me espetó, "Tu lo atropellaste". Mi mujer y mis hijas que estaban cerca, al escucharlo, se le echaron encima, diciéndole airadamente que nosotros éramos los que habían llamado a emergencia. Se subió a su patrulla, se retiró en reversa, para que no viéramos su número y se alejó rápidamente. El señor y su jamelgo murieron en el sitio y los perros se echaron a su lado. Pero me querían cargar los muertitos, en automático. Estos accidentes, fueron fuente de mucha angustia para toda la familia, por años, sin embargo, nunca dejamos de auxiliar a los accidentados, muchas veces en la noche, la madrugada, con lluvia o frío invernal. Mi hija mayor, fue víctima de esos automovilistas irresponsables y hasta hoy, sufre las consecuencias de ellos en su columna. Ya he mencionado el hecho, de que, al despertar de la anestesia, de la única cirugía que me han realizado, me topé con el sonriente rostro de una bellísima y joven enfermera. Me preguntó, ¿Se acuerda de mí? Le respondí que no. "Usted me sacó de mi carro, un R-12 a punto de explotar, cuando me chocaron frente a su casa. Llevaba una dolorosa fractura expuesta de tibia y usted me llevó en brazos hasta su casa, me atendió junto con su familia y llamaron una ambulancia". Por el modelo del auto, recordé el evento. Me dijo, "Yo lo voy a cuidar todo el tiempo que esté aquí, ya pedí permiso para hacerlo". Pasaron dos días y la chica cumplió su palabra. Ella fue otra de los pocos agradecidos por mis gestiones de socorrista autodesignado, ¡Gracia Hermosa! Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

  • Creado el
Subir
Bajar