Skip to main content

CIENTOS de haitianos están ilegalmente en Nuevo León, muchos de ellos buscando partir hacia Estados Unidos, pero muchos buscando en México trabajar y quedarse a vivir. Como ellos, miles han partido de su lugar de origen, sea en otros países, u otros estados de la república, buscando mejores condiciones de vida y de trabajo. El mercado mundial del trabajo, las desigualdades económicas, sociales y demográficas persistentes, las violaciones de los derechos humanos, los cambios ambientales así como los conflictos y la violencia son impulsores de la migración…

EN REALIDAD, casi ningún lugar del planeta se escapa al fenómeno de la migración. Siempre han existido los desplazamientos de personas de un lugar a otro. Los pueblos originarios son ahora recuerdos históricos. Somos en todos lados, una mezcla de razas y nacionalidades. Lo que ha cambiado es que ahora se cierran las fronteras, donde los que están en un sitio, ya no quieren que lleguen nuevos inmigrantes…

DESDE EL punto de vista cristiano la gente local debería de acoger, proteger, promover e integrar a los que se desplazan, pero lejos de pensar así, muchos de los locales, se oponen y hasta violentan a los migrantes. "En la huida a Egipto, el niño Jesús experimentó, junto con sus padres, la trágica condición de desplazado y refugiado, marcada por el miedo, la incertidumbre, las incomodidades", explica el papa Francisco en su escrito señalando que lamentablemente, en nuestros días, millones de familias pueden reconocerse en esta triste realidad…

LO CIERTO es que se trata de millones de personas que huyen del hambre, de la guerra, la pobreza y la explotación, entre tantos otros peligros, con el anhelo de buscar un lugar seguro donde poder construir una vida mejor para ellos y sus seres queridos. Francisco hace hincapié en la importancia de acercarnos a la dura realidad de estas personas "para servirlos", saliendo al encuentro de sus sufrimientos y necesidades, sin caer en los miedos y prejuicios, "tantos prejuicios que nos hacen mantener las distancias con otras personas y a menudo nos impiden acercarnos como prójimos y servirles con Amor”…

BASTARÍA revisar nuestro árbol genealógico. En algún momento de la vida de nuestros antepasados, recientes o muy lejanos, tendríamos que reconocer que todos somos producto de la migración, como ahora se hace con los primeros pobladores de Nuevo León, algunos españoles, otros tlaxcaltecas, los más judíos convertidos al cristianismo a fuerza de ser perseguidos por la inquisición; y más recientemente, con migrantes que llegaron de otros lugares mexicanos, como San Luis Potosí, Coahuila o Zacatecas…

Y QUE MUCHOS de ellos estaban hambrientos, sedientos, desnudos, enfermos, forasteros y encarcelados. ¿Vemos o reconocemos en cada una de estas personas que llegan de fuera el rostro de nuestros antepasados? ¿Nos hemos vuelto tan insensibles y egoístas? ¿Somos creyentes de la misericordia, nomás de dientes para afuera? Habrá que meditarlo, o mejor aún, actuar en consecuencia entre lo que decimos, creemos y lo que hacemos…

LE LLAMAN la “cultura del descarte”, de la exclusión, de la discriminación y la xenofobia. Nos convertimos en seres intolerantes, cerrados y hasta racistas. Pero al no mostrar interés por los migrantes, sin darnos cuenta, no nos interesamos por nosotros. Por eso, nadie la importa lo que le pase a un vecino, a un amigo, a un pariente, menos a un desplazado. Nos encerramos en nosotros mismos u nuestro entorno y no queremos que nadie venga a descomponerlo, olvidando que también nosotros nos desplazamos y lo hacemos casi a diario, por las mismas razones que los migrantes, para trabajar, para conseguir comida, para tener un techo y seguridad para nuestras familias…

NOS DA miedo sentir compasión, a veces nos volvemos represores, excluyentes de hombres y mujeres, que querrámoslo o no, son nuestras generaciones futuras, así como alguna vez, con nuestros antepasados, alguien les dio cobijo y permitió que existiéramos nosotros. Pensemos en todo esto antes de violentar y reprimir a un migrante…

LA ANTENA parabólica de Florería Princess tiene ahora pintada la leyenda ¡Qué bonita eres!, díselo con flores…

PREGUNTA ociosa: ¿Si las mujeres piensan que los hombres son todos iguales, por qué se preocupan tanto por elegir?...

ALGUNA vez pensé que entre tú y yo todo se podría. Y pues sí, se pudrió…

  • Creado el