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Lector

Autor: Ernesto Sánchez Morales

Comentario:

Casi estoy seguro de que Groucho Marx perteneció a Morena… o fue asesor de AMLO… ”La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados”: Groucho Marx (1890-1977). Saludos amigos. Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

Autor: Rafael  J.  Alonso  Urrutia

Comentario:

“Y dale la burra al máis” El pasado miércoles Don Raúl A. Rubio Cano nos transcribe y celebra una comunicación de más de 200 organizaciones sociales, ONGs y académicos al presidente, básicamente en contra del maíz transgénico y el glifosato. Como todas estas organizaciones e individuos “progresistas” y “protestantes“ de profesión, atacan pero no dan alternativas, con maíz nativo de tres toneladas por hectárea y sin agroquímicos modernos tenemos que desmontar cinco veces más  terrenos vírgenes para producir lo que rinde una hectárea  manejada con tecnología de punta que nos rinde quince toneladas por hectárea. La otra es aumentar cinco veces nuestras importaciones de maíz de países como USA, Argentina, etc. que sí usan tecnología de punta, estamos comiendo directa o indirectamente maíz transgénico lo cual no tiene nada de malo. Existen variedades de maíz transgénico resistente a las sequias, se salvarían muchas cosechas en tierras de temporal, resistente a los gusanos lo que ahorraría en uso de insecticidas. Ejemplo; en La Laguna se dejo de sembrar algodón por los ataques cada vez más fuertes del gusano de la bellota, la necesidad de insecticidas era tanta que volvieron el cultivo incosteable, se veían los aviones fumigadores como enjambres de abejas. Ahora se siembra algodón transgénico y es rara la vez en que se requiere fumigar, menos insecticidas, menos contaminación. Recuerde Don Raúl que ya hasta Europa abrió las puertas al maíz transgénico, que China es la principal productora de transgénicos y agroquímicos, por algo será. Don Raúl, me tomó mucho tiempo convencerlo de que no existe un “Comisario Ejidal” como persona física, que lo que existe es un Comisariado Ejidal, persona moral que gobierna el ejido, compuesto este órgano de presidente, secretario, tesorero, etc. Volviendo al tema que nos atañe Don Raúl, no es bueno para el país importar más maíz o abrir más tierras para compensar las bajas producciones por hectárea de las variedades nativas, mismas que tienen más de cincuenta años de estar siendo “contaminadas” por el polen de las variedades hibridas que producen compañías comerciales nacionales y extranjeras, como también la Secretaría de Agricultura por medio de sus centros de investigación. Un “argumento” contra los transgénicos es que contaminarían con su polen las variedades nativas de maíz. “Arriba y adelante”, “Que solo los caminos queden sin sembrar”.  Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

Autor: Alejandro González

Comentario:

Interesante editorial, sólo me llama la atención la esperanza de vida en Nuevo León, muy cercana o igual a países como Japón. Me parece muy alta para nosotros. (De nuestro sitio en Facebook)

Autor: Ricardo Medrano

Comentario:

Clouthier no tenía tamaños para ser Gobernadora (Ver todo el comentario en nuestro sitio de Facebook)

Autor: Ariel Zapata

Comentario:

La formación de grupos antagónicos en un proceso, lleva como propósito que las metas no se cumplan al 100% y que se interrumpan en el tiempo, o bien el tratándose de alguna estrategia distractora, a efecto de entorpecer algún avance hacia las mencionadas metas. Las causas son muy variadas. Es elemental que las oposiciones se movilicen. Unos a empañar la labor del otro obstruyéndole, por todos los medios a su alcance y resulta claro que esta movilidad, haga que las cosas no resulten del todo ortodoxas y con muy pobre o ningún logro. A la larga, este tipo de competencia no conviene a nadie, ni siquiera a los participantes con su tiempo perdido. Mucho menos a nuestro País, sobre todo cuando se contempla ya un despegue hacia otros estadios de mejor desarrollo, quienes no lo vean así, estarán atentando a que nosotros permanezcamos ignorantes, a lo que se está manifestando interna y externamente en el País. No. No es de justicia, que estas divergencias se propalen y menos que se nos aplique socialmente aquella fábula de los botes de cangrejos mexicanos, que cuando estamos a punto de salir, casi llegando nos jalan para abajo, comparado con el bote de cangrejos de otro País más avanzado o disciplinado y que salen al desarrollo apoyado por sus propios compañeros. Por ello, distinguidos lectores de Monitor Político, permítanme por ahora transcribir algo a propósito, aquello enunciado por el Dr. John Lewis, en su libro de Antropología (Anthropology made simple), en su p.48, de su décima primera edición, del 22 de febrero de 1979. La primera aconteció en Octubre de 1969, y nos dice: “…el principio de reciprocidad, o de toma y daca, significa que, si durante un período largo nos comportamos con generosidad con otros, podremos contar en que esos otros a la larga se comprometen con nosotros generosamente, formándose así un círculo de ayuda y obligaciones mutuas, lo cual constituye la fuerza impulsora y el patrón dinámico de un sistema social con verdadero éxito. Los derechos y las obligaciones prescritos por la institución (Constitución, en nuestro caso) son mutuos, cada miembro tiene tanto derecho como obligaciones. Esto implica que los individuos cuyas relaciones están regidas por este sistema, se miren unas a otras como personas, como sujetos de derechos y objetos de obligaciones, como individuos dignos de consideración. Sobre esta base se crea un estricto código moral, apoyado en un interés natural y en el bienestar de unos y otros.”  Así lo ha manifestado el Dr. John Lewis. Por nuestra parte, socialmente, digamos que México necesita de un círculo de ayuda si lo queremos como País desarrollado por todos, de lo contrario, seguiremos en el retroceso divisorio y al encuentro de limitaciones, ya no para quedar donde mismo, sino que, pudiéndolo evitar, para retroceder. En nosotros está el despertar maduro al propio progreso, estamos preparados para ello, nuestros talentos se están fugando al exterior, no los desilusionemos tan jóvenes, aprovechémoslos desde las propias Instituciones académicas. Podremos porque podemos. Desterremos entonces, la envidia, la del cangrejo. Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

Autor: Ernesto Piñyero-Piñeyro

Comentario:

"Con Ojos y Oídos de Niño". Las Tumbas de mis Padres y de mi Hija. In Memoriam. Noviembre 2, de 2020. ¡Dios mío, qué solos se quedan los muertos! Como dijo Gustavo Adolfo Bécquer, eso es muy cierto. En 70 años, solo he regresado a las tumbas de mis padres, 3 ó 4 veces. Siempre por circunstancias similares. A la de mi pequeña hija, desde el 74, ¡Solo en dos ocasiones! Podrán pensar que no los amaba, todo lo contrario, los llevo vivos en mi mente y mi corazón. Todas las noches ruego por ellos, aunque sé que no necesitan de mis oraciones, y no hay día, sin que evoque algún pasaje de su vida, en común con la mía. Lo hago con una inexplicable alegría o una contradictoria y dulce tristeza. Cada quien elige el modo de vivir su luto, su duelo. Yo decidí hacerlo internamente, sin remembranzas o celebraciones mortuorias externas. El 2 de noviembre, o Día de los Muertos o los Santos Difuntos, no tengo que celebrar. Muchas personas ignoran que el primer Altar de Muertos que se exhibió públicamente en Monterrey, fue en 1970. Es, por lo tanto, una celebración, antaño ajena a nuestra región, que conocíamos solo por las películas de nuestros cineastas de petate, metate y guaripa, como algunos de la Época de Oro del Cine Nacional. Desde mi infancia, quizá por mi temprana orfandad, adquirí una cierta repugnancia por los velorios, el olor del incienso y de las flores de cempaxúchitl, las misas de difuntos de cuerpo presente, los muertos huelen muy raro. Y más aún por los entierros, eso de ver que va desapareciendo el ataúd que contiene el cuerpo del ser querido, con cada paletada de tierra, es... ¡No tengo palabras para expresarlo! En algunas de las pocas inhumaciones a las que asistí forzadamente, conté que, a las 20 paletadas de los enterradores, aproximadamente, es cuando desaparece de nuestra vista el féretro totalmente. De las cremaciones, prefiero no opinar. Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

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