EL MUNDO se acerca rápidamente a los cinco millones de contagiados por el Covid-19. En México, que apenas vamos de subida en los contagios, pronto llegaremos a los 60 mil infectados y seis mil personas fallecidas. En algunas partes ya no hay cabida para los enfermos en los hospitales, pero hay municipios donde no se ha presentado ningún caso. Nuevo León es uno de los estados de la República donde mejor se ha logrado contener la epidemia, con una tasa de mortalidad, mucho más baja que el promedio nacional. Para este fin de semana, con medidas encontradas entre gobierno estatal y municipios, pues unos declaran abrir la economía y otros se encargan de suspender negocios abiertos, se espera que este fin de semana haya un cuarto de millón de trabajadores de nuevo en la calle…
HIZO BIEN el pediatra De la O en no acudir ayer a la conferencia de prensa diaria para dar a conocer avances o retrocesos de la pandemia Covid-19, pues ya está, como se dice en el argot de los cazadores, “muy lampareado” y sobre expuesto, pero la doctora que ocupó su lugar, del Hospital Metropolitano, quien se ve que sabe mucho de medicina, fue “acribillada” de preguntas de los reporteros que no supo responder, porque no tenía suficientes datos o las suficientes “tablas” como para torear las preguntas; aún así, lo hizo lo mejor que pudo, no la criticamos, pero quedaron más dudas que certezas en la información proporcionada: la gente sigue sin saber si va a haber más camiones, cuáles son los negocios que si pueden abrir y en qué fecha, etcétera…
HACEMOS el comentario, porque creemos que las constantes salidas a cuadro en televisión del secretario de Salud del gobierno bronco, todos los días, desde hace dos meses y medio, le han hecho que se desgaste el mensaje. Ya muchos escuchan por un oído el lávate las manos o quédate en casa y de inmediato se salen las palabras por la otra oreja. Ya no dice lo que la gente espera escuchar y sus lamentos diarios de que si no hacemos caso nos vamos a contagiar y morir, parecen prédica en el desierto. La gente escucha al doctor como a las campanas que llaman a misa, todos las oyen, pero muy pocos hacen caso…
EL DAR LOS números de las estadísticas está bien; pero hacerlo a diario hace que se pierda el efecto deseado de disuadir y convencer a la gente de que el peligro existe. Responder todos los días a casi todas las preguntas de los periodistas, sea de economía, de si abrirán los negocios y cuándo, sea de contingencia ambiental, de crecimiento de la violencia, de la salud mental de la sociedad encerrada, de si habrá más camiones, vagones del metro y la ecovía, lo convierte en un todólogo, que lo mismo habla de sospechosos, de contagiados, de quienes se realizan las pruebas, de los que se hospitalizan, de los que se recuperan, de los que se mueren, que de la calidad moral de los que no acatan las recomendaciones, o de las medidas del Gobierno…
Y QUIZÁ en esto último radique el problema. Si el asunto es de interés público, si hay una amenaza para la sociedad en su conjunto, si la salud del pueblo peligra, la autoridad no debería solo “recomendar” para ver si la raza hace caso. Él dice que no se va a poner como las imágenes de policías en la India, que agarraban a garrotazos a todos los que andaban en la calle sin justificante y los regresaban a fregadazos a sus casas, o las imágenes que todos vimos en España, Italia y otros países en que las fuerzas del orden eran los únicos que andaban en la calle, cuando estaban en los picos de la pandemia, y obligaban por la fuerza a los “rebeldes” a regresar a la cuarentena. O cerrar empresas que hacían como que la Virgen les habla y obligaban sin ser “esenciales” a que los trabajadores acudieran a laborar, so pena de correrlos. Ya se vio que nuestra racita (y parece que en todo el mundo) no entiende por “las buenas”…
A LO MEJOR lo que sigue, por lo menos en Nuevo León, es imponer el orden por la fuerza, como ya piden algunos, aunque se quejen los activistas, o en el entendido, para otros, de que los derechos humanos, son para los humanos derechos. O de plano, ya dejar de dar cifras todos los días, de mostrar gráficas de cómo no se puede aplanar la curva con discursos, de lamentarse, de quejarse como los papás cuando los hijos no hacen caso, y dejar que todos hagan lo que les pegue la gana, aunque nos lleve la fregada a todos. Al final, y en un descuido, somos mayoría, los que pensamos que o todos coludos, o todos rabones, ¿o no?…
O COMO decía un escrito en redes sociales, sobre lo que es capaz de hacer la gente y que se refiere a los profesionales del derecho, pero que puede aplicarse a cualquier otra disciplina: “Yo solo espero que después de toda esta pandemia que abrió y ahondó heridas y prejuicios que no queríamos ver, ya no haya profesionales que den asesorías o consultas gratuitas. Ya vimos que la gente es capaz de pagar hasta mil pesos por 24 cervezas”…
“TAMBIÉN espero que terminen las consultas por teléfono o por chat, ya vimos que las personas son capaces de cruzar la ciudad por una six de cerveza, hacer fila por dos horas en el sol por un pastel y arriesgar su vida en plena pandemia por una pizza. Quizá valga la pena que ahora hagan el mismo esfuerzo y paguen lo justo a sus amigos abogados, médicos, consultores, contadores, sacerdotes y tantos que vivimos de la consultoría profesional”…
POR CIERTO, ya no le haga mucho caso a las fechas que ponen los gobiernos. Se acaba de extender hasta el 22 de junio las restricciones de viaje desde México hacia los Estados Unidos. Solo se permitirán viajes esenciales por vía terrestre. Y todo por el mentado Covid-19, que no le hace caso a ninguna fecha que ponen los políticos, tanto desde este lado como allende las fronteras mexicanas…
LA FRASE de Manuel González: Sé el tipo de persona que deja marca, no cicatriz…
FRASE para la posteridad: Si nuestro mandatario tuviera un compadre que vendiera molcajetes, estarían prohibidas las licuadoras…
CONVERSACIÓN sin cerveza de por medio: Me siento solo. Yo también, sentarse es fácil…
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