Autor: José Rivero
Comentario;
Querida Tatiana. Querido Carlos. Qué pecado habremos cometido los humanos que nos hemos dejado gobernar por unas llamadas democracias que no son otra cosa que nidos de víboras, las cuales nos hipnotizan para devorarnos sin la menor piedad. Los más encumbrados gobernantes son una partida de mentirosos que se embriagan de la sangre de los bobos. Si te enfermas del corazón no te tratas con una democracia de ciudadanos, no, lo haces con un cardiólogo y si te tienes que operar el cardiólogo te recomienda un cirujano. Pero si tú enfermedad es el oído entonces vas con un otorrino y si el problema es cáncer vas con un oncólogo. La mayoría de los políticos algo saben, pero se dejan llevar, no por la ciencia, sino por el poder; y es el poder robar y el poder joder a los demás al mismo tiempo que se engaña y se lucra. El tipo de gobierno parlamentario es un sistema de gobierno en el que la elección del gobernante emana de un cuerpo de expertos que estudiaron y se prepararon para eso; son especialistas y no demagogos que dirigen a los bobos para elegir gobernantes. Creo que México está listo para botar a los falsos políticos mediante acciones que nos lleven a determinar qué cambios proceden.
Autor: Ernesto Piñeyro-Piñeyro
Comentario:
"Con Ojos y Oídos de Niño de 84 Años... Clamando en el Desierto". Escalones muy Altos, en Espacios Públicos y Privados: Trampas para los Viejos, los Niños y los Incapacitados. Mis amados y pocos, pero importantes leyentes, ¿Habéis escalado o subido a alguna pirámide en México? ¡Yo si! Cuando tenía dulces 20 años, me trepé de un solo tirón, sin detenerme, a la del Sol en Teotihuacán. Llegué hasta arriba sin aliento, mareado, viendo visiones apocalípticas y con el bofe en la garganta, a punto de salírseme por la boca, pero con el amor propio intacto. Pues otras personas que me acompañaban y apostaron por ser los primeros en llegar, tuvieron que hacer el recorrido con cinco o seis paradas para tomar aire y descansar. Entre ellas varias chicas a las que impresioné con mi hazaña de escalador prehispánico. Me imaginé que los que llevaban al sacrificio, llegaban medio muertos por el esfuerzo y ya no se daban cuenta del resto del cuento. Sin embargo, una de las cosas o la cosa que recuerdo con más claridad, es el tamaño de los escalones. Tenían una base corta y una altura enorme que demandaban un esfuerzo especial para remontarlos, es decir, el lugar para poner el pie, era muy corto en comparación con la altura del escalón. Pues bien, parece que la sangre azteca o teotihuacana la han heredado nuestros ingenieros civiles y arquitectos, que trabajan para las constructoras de la ciudad, incluyendo las que erigen las casas del Tec y de la Uni. En dos ocasiones anteriores mencioné este curioso fenómeno, que me hizo irme de bruces, pues los escalones de esas casas parecían sacadas o copiadas de alguna pirámide meso americana. Lo más grave es que en la actualidad, en muchas calles de la zona metropolitana de Monterrey, en sus banquetas, estacionamientos, camellones, entradas a edificios públicos, supermercados y tiendas de conveniencia, imperan las reglas prehispánicas de construcción de escalones. Parece que las hicieron para personas que compiten en carreras de obstáculos, trapecistas o todo tipo de andarines en la cuerda floja. Las pocas veces que tengo que salir, me topo invariablemente con estos malditos escalones y debo hacer rodeos que me permitan llegar al siguiente nivel del pavimento o la banqueta, sin irme de hocico. En varias ocasiones he ido a rebotar contra mi viejo automóvil o en el carro más cercano, que me detienen en mi potencial caída hasta el suelo. Señores alcaldes, diputados, gobernador o los que sean, pero que puedan hacer algo para remediar esta anómala situación. Les suplico en nombre de los miles de ancianos, niños pequeños, inválidos o incapacitados que hay en la ciudad de Monterrey y su área metropolitana. Que hagan algo para modificar estas proezas arquitectónicas meso americanas, revividas por los herederos de aquellos valiosos y valientes arquitectos. Cuyas secretas misiones e intenciones, con estos disparejos escalones, eran preparar a las víctimas ofrecidas a Tláloc u otra deidad, agotándolos físicamente para que llegaran relajados al último escalón, frente a la piedra de los sacrificios. De esta manera no oponían la menor resistencia a los sacerdotes oficiantes. (Creo yo). Nosotros ya somos víctimas impotentes e indefensas, del sistema de movilidad del niño chiflado que tenemos como gobernador, que asegura que en Monterrey y su área, nos transportamos en alas de la ilusión de sus chinches camiones chinos. Nota bene: Otra ardiente, humilde y encabronada súplica, petición, sugerencia o exigencia a los alcaldes metropolitanos. Hagan que respeten los lugares de estacionamiento para personas con placas de incapacitados que hay en muchos lugares de la ciudad, especialmente en los supermercados. Pongan anuncios advirtiendo multas, inmovilización del vehículo o arrastre con grúa, incluyendo incautación en el corralón por un mes la primera vez y dos para las siguientes. A ver si así aprenden los Hijos-de-suchi, que desvergonzada, perezosa e impunemente se estacionan en esos lugares. Muchas veces son chavitos huevones e importa madristas los infractores. Como dicen los vaqueros, "Donde aprieta, no chorrea". Y no me "vengan conque la ley es la ley", Je, je, je, AMLO y que son terrenos particulares. No existe la extraterritorialidad en los estacionamientos.
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