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Autor: Ernesto Piñeyro-Piñeyro

Comentario:

"Con Ojos y Oídos de Niño de 84 Años... Clamando en el Desierto" La Biblia y Yo. A menudo cito a la Sagrada Biblia en mis artículos, pero solo para reforzar mis argumentos con una fuente de validez indiscutible. De ninguna manera para hacer labor proselitista en favor de x o y, denominación religiosa. Por lo mismo, algunos de mis pocos leyentes me han preguntado si soy fanático de las creencias en ella expresadas. Repito que no, soy un mal católico, casi ausente practicante y un débil creyente. Pero que, de todos modos, tengo encendida una pequeña y cálida llamita en lo más profundo de mi alma. Producto imborrable de las enseñanzas mezcladas de mi abuela materna y mis amados maestros maristas de la escuelita católica del pueblito fronterizo de mi infancia. He leído la Biblia tres veces, de cabo a rabo, con múltiples anotaciones marginales y la he consultado decenas de ocasiones para refrescar una cita, verificar un comentario o afirmar un dicho. Tuve como fuentes de comparación de textos y traducciones, los ejemplares de la Biblia de Jerusalén, la Guadalupana, la del Padre Colunga, la del King James en inglés y otras dos cuyos nombres no recuerdo. Pero, la que creo que es la mejor traducción de todas al español, es la de Reina y Valera, usada por los evangélicos y los protestantes hispano hablantes. (Nótese que puse la "Y" entre los apellidos, pues muchos creen que la tradujo una reina, llamada Valera). Aunque en su traducción original incluía los Libros Apócrifos, los Hermanos Separados se los quitaron y así la difunden. De todos modos, reconozco que es la que posee la mejor impresión, tipografía, traducción y distribución de los textos. Hace algunos años, en la celebración del centenario número no se cual o aniversario, la Biblioteca Nacional de España, sacó una edición completa del original de los monjes españoles Casiodoro de Reina, (1569) y Cipriano de Valera, (1602), quienes la tradujeron, revisaron y adaptaron al idioma español. Esta traducción tiene el encanto de haber sido realizada en pleno Siglo de Oro de la literatura española, (1492-1681), con la belleza y riqueza del idioma que se desarrolló en esos años. (Ah, el Siglo de Oro… ese esplendoroso altar donde la lengua española se volvió templo, espada y espejo. Aunque su nombre sugiere un solo siglo, en realidad abarca desde 1492 hasta 1681). En esta magnífica edición, los responsables si incluyeron los Libros Apócrifos, como un homenaje y reconocimiento a estos Santos Varones. Para mi pesar, no he podido adquirirla, pues sé que me solazaría leyéndola completa. Regresando a mi relación y dependencia de la Biblia, yo la veo como un Manual General de Operaciones, para vivir bien, en armonía con nuestros semejantes. Para no meter la pata, en este tráfago mundial, que nos ha tocado vivir en los siglos presentes. Nunca se me ha ocurrido que haya sido escrita por la inspiración divina, sobre sus autores. Más bien, se me antoja que la escribieron hombres muy sabios, observadores acuciosos del comportamiento humano. ¡¿Aclarado?! Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

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