Skip to main content

Autor: Francisco Quintanilla

Comentario:

´El que la hace, la paga´; Nada de que, ¿y si les digo cómo le estaban haciendo nuestros jefes, a mi me perdonan mis fechorías? ¡Si chucha, qué fácil! con esa circunstancia de: ´criterio (¿?) de oportunidad´ para las fiscalías, se ahorran el amparo y se benefician con una exoneración directa toda una caterva de ladrones que, por lo visto, ´salpican´ a funcionarios, -ex y vigentes- profesionistas, comerciantes, banqueros, empresarios de todos los ramos y sus respectivos socios, políticos; seguramente no ha de faltar alguien de la curia, conexos y derivados, S. de R. L . Ahora resulta que se va a considerar esta nueva modalidad de delincuencia, que, al cabo, si se llegan a dar cuenta al final del período de gobierno, me les anticipo a todos y simplemente “les pongo el dedo” ante las autoridades a cambio del ´pitazo ́ para que solo me apliquen unas nalgadas; ¡lo que faltaba! Yo les propongo, en todo caso, que se abra una ´Ventanilla de pitazos´ a efecto de recibir a estos doblemente traidores y, previo análisis de sus confesiones, aplicarles una prisión preventiva inmediata, a efecto de corroborar con un Consejo interdisciplinario de destacados juristas la valoración cualitativa y cuantitativa de sus vergonzantes denuncias y solamente otorgarles el beneficio de un 5 % de su condena, pero sin derecho a fianza, por ladrones, defraudadores, cobardes y traidores; por supuesto después de recibir todos los bienes que  indebidamente se apropiaron para retornarlos a las arcas. Y pensar que la solución la ofrecí desde hace cinco lustros cuando diseñé el Proyecto san Francisco, mismo que contempla el ́ teflón para evitar ese tipo de corruptelas, (que bastantes recursos desvían a las fiscalías (sic)). ¿Acaso mi Amigo Javier Luis, no recuerda este trabajo imperfecto que oportunamente sometí a su digna consideración? ¡Claro! que como es de aplicación Universal, seguramente se le ha de haber hecho demasiado bello para ser verdad, cómo le está sucediendo al Proyecto Foroscopio ´SPRINTER i´, ¿En serio? ¿a todo lo verdaderamente espectacular le tenemos desconfianza? ¿si fuera ucraniano, alemán, o hecho en Bélgica si nos convencería? ¡Híjole! que pinche malinchismo nos tiene tan acomplejados, que no nos deja abrir los ojos; de oquis tanto ejemplo de creatividad mexicana -y regiomontana- no nos ha servido para nada? Ya no quiero hablar con ´segundones´, ¡Yo soy el principal dueño y accionista mayoritario de mis empresas, y, por lo tanto, merezco hablar directamente con el NÚMERO UNO DEL ESTADO, no con encargados ´del área´, que simplemente no tienen facultades para tomar decisiones, -a menos que ya hayan cambiado los porcentajes de una sociedad; 50 % el Industrial, y 50 % el capitalista-; entonces ¿por qué conformarme con menos? ¡Alerta Samuel Alejandro y Luis Donaldo! Solo falta que hasta para proporcionar un bien y sus soluciones, les tenga que suplicar; ¡Joder hombre! ¡Pamplinas! SEGUNDO TEMA: ¿En serio? ¿qué no habrá manera de ´reeducar´ a tanto conductor, entrevistador, locutor, presentador, de TODOS los canales mexicanos? digo, aunque sea en el idioma español, comenzando por los que les dieron el título de Licenciados (uy) en Ciencias de la Comunicación ¡Jolines!, ¡Rediez! Mañana: ´La fiscal penalista que ́desecha´ los títulos y cédula profesional con patente para ejercer la profesión de LICENCIADO EN CRIMINOLOGÍA ¡en una denuncia formal de delito confeso! ¡Uf! Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

Autor: Ernesto Piñeyro-Piñeyro

Comentario:

​"Con Ojos y Oídos de Niño... de 80 Años". El Peso del Apellido, para Bien o para Mal. Todas las personas que ostentan mi apellido en Monterrey, son familiares míos. En primero, segundo, tercero y hasta cuarto grado. Es decir, hermanos, primos hermanos, hijas, sobrinos primeros, sobrinos segundos y hasta sobrinos nietos. Es una familia pequeña. Con todo esto quiero decir, que no se puede ocultar el apellido y la familia a la cual pertenezco, ni queriéndolo. Debo mencionar que me siento orgulloso de mis apellidos y no los cambiaría por ningún otro. A lo largo de mis 80 años, me he topado con infinidad de personas que conocen, conocieron o han conocido a alguien de mi familia. Hubo algunos que conocieron a mi abuelo paterno, en Piedras Negras Coahuila, como industrial y comerciante. Otros, que fueron amigos, conocidos o compañeros de mi padre, en la escuela primaria del mismo pueblo. O socios en diferentes negocios que ya no existen, allá en mi pueblito fronterizo. Señoras que tuvieron contacto con mi madre, a la que consideraban una cocinera de altos vuelos, mujer de su casa y madre ejemplar de 10 hijos. Pero en donde más me he encontrado conocidos, amigos y hasta enemigos. Es con los de la generación de mis hermanos y primos médicos. Habiéndose dedicado ellos a la medicina, por más de 60 años, no es difícil tener contacto con personas que fueron sus pacientes, aun desde niños, pues uno era pediatra. Del psiquiatra, ni se diga; cuando estuve en Caracas, Venezuela, para impartir unos cursos sobre sexualidad humana. Tuve contacto con dos psiquiatras que lo conocían, por referencias de estudiantes venezolanos, que requirieron sus servicios profesionales, cuando estudiaban en el Tec de Monterrey. Todo lo mencionado hasta aquí, es para referir un lamentable y desafortunado hecho, del cual fui figura central, víctima y chivo expiatorio, como maestro de la facultad de Psicología, de la UANL. Como la mayoría de los que me leen, sabrán que un pariente mío médico, ya fallecido. Fue rector de esa casa de estudios, además de director de la Facultad de Medicina de la misma universidad. En esa posición, de poder, desarrolló amistades y enemistades, justificadas y otras más, injustificadas, pero propias solo de él. En esos tiempos de su rectoría, fue cuando me desempeñé, junto con mi esposa, como docente en la antes citada facultad. Y me enfrenté a las más irracionales, perversas, perturbadas y pervertidas personas, que se puedan imaginar, a pesar de ser ellos psicólogos también. Fueron tales sus malignos alcances y propósitos, que casi crecieron y prosperaron en mi mente, ideas supersticiosas, respecto a mí mismo y mi persona. Se preguntarán, ¿por qué? De todos los amigos, simpatizantes, partidarios y prosélitos de mi pariente rector, ni uno solo, óiganlo bien, ni uno solo se hizo amigo mío, o cuando menos conocido cortés. Pero, de sus enemigos, todos, absolutamente todos los que lo eran, se hicieron enemigos jurados míos y de mi esposa. Personas desconocidas para nosotros, con las cuales jamás cruzamos una palabra o mirada. Aseguraban firmemente, cosas que solo existían en sus deshidratadas mentes y famélicos cerebros. Las sostenían en público y daban pelos y señales de ellas, con una precisión increíble y asombrosa convicción. Esto se difundía de una manera tal, que, en pocos años, fuimos obligados a renunciar a nuestros puestos docentes de tiempo completo, entre amenazas de muerte y vandalismo de mis bienes. Una pregunta para ellos, los difamadores, enemigos gratuitos y persecutores, sáquenme de la duda, ¿Que les hicimos para que se comportaran así con nosotros? ¿Los ofendimos, difamamos, robamos o destruimos sus propiedades, los denostamos o vituperamos? ¿Les molestaba nuestra manera de hablar, de vestirnos o de peinarnos? Quizá, que fuéramos los únicos maestros, (entre 110), con un post grado, en una universidad extranjera de primera línea. Los únicos que hablábamos inglés fluido y sabíamos usar la computadora y programas estadísticos. Los que exponíamos abiertamente, temas sexuales prohibidos y que la sociedad nos aceptara. ¡Quizá! Deberían abochornarse de sí mismos y su conducta, que a los primeros que deshonra, es a ustedes mismos. Ojalá que sus hijos se enteren de sus actos vergonzosos, delictivos, cobardes, corruptos e infames, y de su paupérrima ética personal y profesional. No hay cosa peor, que saberse hijo de un delincuente, ladrón, sociópata o derrengado social. Sería mi Némesis y retribución divina. Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

Autor: Ricardo Garrés Valdez

Comentario:

La Constitución de Samuel. Pobre, muy pobre. Es un total y completo ejemplo de basura, escrita por un puñado de egresados de universidades privadas, y claro, Samuelín, con total ausencia del pueblo: una Constitución fifí para los fifís de los "Privados de Iniciativa" de Nuevo León: concebida y escrita con las patas y aprobada por otra runfla de los ignorantes del Congreso de Nuevo León; lo digo "con todo sin respeto" para estos chavos. Todos sus alegatos que dizque dan el fundamento para su bodrio es que "las sociedades cambian"... sí, Samuelín, cambia el entorno económico y la tecnología, pero el ser humano no cambia. La Constitución federal de los Estados Unidos fue escrita hace más de 200 años, y no la han cambiado, y ocupó solo CUATRO PAGINAS (4); el mamarracho de Samuel y club de zonzos que participaron: 171 páginas, ni siquiera numeradas... al reverendo trancazo. Esta "Constitución" es como las malas novelas, no llegas ni a la mitad de ésta sin que la mente se resista a continuar la lectura por simplista y repetitiva. Y yo que pensé que me cansaba leer "La Comedia Humana" de Honorato de Balzac. En "Código Magenta": ¿Qué esconde el gobernador de Nuevo León? Contrato con EU ZEN, para formar y proteger imagen... de un tal Rafael Valenzuela. Y Samuel se niega a dar la información ordenada por la Comisión de Transparencia... ¿Qué les parece el chavo? Un costo de 100 millones de pesos anuales, por seis años, para nosotros, los "paga-impuestos"... para mejorar su triste imagen. Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

  • Creado el
Subir
Bajar