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Autor: ChAlon J Fransisco

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Gracias soy inteligente, no acepto prensa golpeadora... Ver más en Monitor Político Facebook

Autor: Ariel Zapata

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Hace algún tiempo, varios años, escribí algo que pudiera incluirse como Norma en el desempeño del arbitraje en el futbol mexicano y era algo simple para arriostrar violencias y comportarnos como sociedad futbolística con algo de formación dando buenos ejemplos de comportamiento y a su vez, evitarnos consecuentemente expresiones como lo del grito: “¡ehhhhh!... Culto”, al portero contrario, que se dio mucho después. Era tan simple ante una situación dudosa para el árbitro, recurrir él a la disciplina de preguntarle al jugador victimario, si había sido efectivamente mano o golpe culposo y darle crédito a la palabra del jugador que incurrió en la falta. Entresaco a colación esto por la acción del Sr. Luis Montes mostrando lo del “Fair Play” pretendido, que debiera extrapolarse a practicar en todo el futbol nacional. Aunque me tardé en reaccionar de esta manera localicé en mi archivo el siguiente apunte de David Herrerías Guerra, el 30 de Julio de 2015: “Si usted busca en internet la frase “Fair Play” le aparecerán varios videos de jugadas en las que domina el sentido de justicia sobre el deseo de ganar a toda costa. En la liga inglesa un delantero del Liverpool tropieza al entrar al área y cae con tanta naturalidad, que el árbitro no duda en achacarle la culpa al defensa más cercano. A pesar de que el atacante accidentado parece decirle al árbitro que no hubo falta, éste marca el penal. Entonces el delantero ejecuta la falta enviando la pelota a las manos del portero contrario. En otro video, en otra liga, sucede lo mismo y se muestra al jugador yendo hacia su entrenador para consultarle. Regresa a cobrar la falta y la tira hacia afuera bajo la ovación de la tribuna. Hay otras en las que el jugador que supuestamente había sido el sujeto de la falta, se levanta, le informa al árbitro sobre lo realmente sucedido, y éste sencillamente cambia su decisión. En otra, un jugador alemán es el que le indica al árbitro que el gol que acaba de lograr lo hizo con la mano. Casi todas son escenas muy emotivas, que terminan con los abrazos y agradecimiento de los adversarios, y la admiración y aplauso de los locutores y del público en general. Vale la pena darse una vuelta por esos videos, porque más allá del futbol, son escenas que aumentan nuestra fe en la condición humana. Nos podemos preguntar por qué estos videos no son parte de la formación elemental de todos los futbolistas y por qué, si se cree en el Fair Play, no se premian generosamente estas acciones y se castigan más los intentos por engañar al árbitro, sobre todo los consumados”. ¿Qué sentiríamos el darnos confianza a nosotros mismos, con esta norma de acercarse a la verdad ante el hecho de ver la acción por todo el público presente y televisivo? Sigamos con el buen ejemplo del “Chapito” y bauticemos la norma asi: “Norma Chapito” para asociar la verdad al hecho, sin mayor trámite para el crédito de los propios jugadores. Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

Autor: Ernesto Piñeyro-Piñeyro

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"Con Ojos y Oídos de Niño... de 80 Años. Los dos lados del Río Bravo, (I). Dedicado a los alcaldes metropolitanos del área de Monterrey. Este divisor de los límites de México y gringolandia, marca brutalmente, las diferencias entre los dos países. Para empezar, del lado gabacho le llaman "Río Grande", del nuestro, le decimos "Río Bravo". Creo que esa diferenciación semántica, indica que, por cada lado de la ribera, viven, seres, culturas, estilos de vida y sociedades muy dispares, y diferentes entre sí. Ellos se han hecho grandes, y nosotros, solo bravos. Desarrollaron la mística del Río Grande Valley, una continuidad de pueblos más o menos ordenados. De nuestro lado, no existe esa idea, ni Bravo, ni Río, ni Valle. Con tristeza y envidia de la mala, (No hay de otra), reconozco que, del lado norte, la administración de los impuestos ciudadanos, se realiza y aplica "casi siempre", con mayor transparencia, y efectividad, para bienestar del pueblo. Calles, pavimentos, alumbrado público, servicios sanitarios, seguridad, y policía. Recolección de basura, mantenimiento de infraestructura, y drenajes. Así como señalización del tráfico, e instalaciones eléctricas, en fin, todo lo que hace a un grupo humano y social, vivir con orden, comodidad y tranquilidad. Repito, con tristeza y profundo malestar emocional, observo a cada paso, como las autoridades gringas, con sus muchos defectos, (la pesadilla gringa o dizque sueño americano), cumplen sus obligaciones y responsabilidades, de una manera cabal, y contrastante, comparadas con sus homólogas del lado sur de la frontera. De nuestro lado, la corrupción, la inseguridad y la rapiña, son evidentes a simple vista. No se necesita ser un activista social o un crítico del sistema, para darse cuenta de lo que digo. Señor Dios de los ejércitos, ¡Apiádate de nosotros, que sí pagamos impuestos! Que no se los roben estos gobernantes granujas. Me da la impresión que mis compatriotas, carecen de orgullo personal y nacional. Esto, por la forma en que nuestras ciudades fronterizas se debaten entre la basura, la mugre, el podre, y el orín. El desorden citadino, el desmadre urbano, y el caos social en todos sus niveles. Cosas tan simples como la división de los carriles de circulación, las señales del tráfico local y el de las carreteras que acceden a las ciudades, están en completo deterioro y decaimiento. Un visitante no puede adivinar las intenciones de esos letreros, se desorienta y se pierde. Hace tiempo, un coterráneo mío, escribió un libro titulado, "El Río de la misericordia", y apuntaba a los mismos problemas sociales, vigentes ahora, después de más de 50 años. No recuerdo todo su contenido, pero era una visión entre crítica, depresiva y semi piadosa, de nuestras poblaciones fronterizas con gringolandia. Una gran ciudad de la importancia y el tamaño de nuestro amado Monterrey, no iguala los niveles de modernidad, comodidad, funcionalidad de estos pueblos chaparros naranjeros, Por más edificios y rascacielos que construyamos diariamente, arrasando con la cultura prehispánica, y mediterránea del sillar, seguimos siendo un pueblo globero, bicicletero, mahuacatero, y chiclero. El pasado alcalde de nuestra ciudad intentó reelegirse. Estaba convencido que había realizado una labor excelente, administrando los recursos, y necesidades capitalinas. La dejó hecha un asco. Por algo le dicen Adrián el pequeño. Debería darse una vuelta por estos pueblos gringos, a ver si no se le cae la cara de vergüenza. Adenda nacionalista: No soy admirador de los gringos ¡pero lo que es, es, aunque nos cale! Colosio, no te duermas, no se ha visto nada de lo prometido en campaña, Samuelillo. ¡Ayúdale! Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

Autor: Ricardo Garrés Valdez

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"Cada vez que se reúnen los capitalistas, terminan conspirando como elevar los precios". Esto lo declaró Adam Smith en "La Riqueza de las Naciones", considerado el padre del capitalismo y el libre mercado. Y eso que Smith proponía el "Laissez Faire": "dejarles la cancha libre" para que robaran más, digo, para que "emprendieran" más. Yo he sido un "Capitalist swine" (marrano capitalista) como dicen los comunistas rusos, acostumbrados como están a dirigirse a las cosas por su nombre. Me asombré la facilidad con la que se puede subir precios, hacer contratos para que otros no compitan conmigo, como le hizo Eugenio Garza Sada, donde, y parafraseando a Henry Ford, "en Monterrey puedes tomar la cerveza que quieras siempre y cuando sea Carta Blanca"... y las tabernas y negocios no podían vender otras marcas que no fueran de la Cervecería Cuauhtémoc. Típico capitalista... como afirmó Mahatma Gandhi, cuando estaba expulsando a los colonialistas ingleses de la India, advirtiendo que "Un capitalista indio no va a ser nada diferente de un capitalista inglés"... claro, se necesita "vocación" para ser capitalista. Esto lo menciono porque el New York Times me publicó mi comentario: "The present inflation is due to the small group of always: the businessmen; always hungry for more profits. Adam Smith said something about it in his book "The Wealth of Nations" Dr. Richard R. Garres | Austin, Texas (La inflación presente se debe a un pequeño grupo de siempre: los empresarios, siempre hambrientos por ganancias. Adam Smith dijo algo al respecto en su libro "La Riqueza de las Naciones.) Lo que me lleva a la siguiente reflexión: ¿quién pierde y quién gana en una inflación? Quién pierde: toda la gente, trabajadores y ahorradores. ¿Quién gana? los empresarios, quienes simplemente aumentan los precios continuamente e incluso aumentan sus ganancias en términos reales, no solo en términos nominales: No solo con los precios, sino con los créditos que tienen, pues terminan pagando hojarasca, con bilimbiques depreciados. Igual ganancia lleva el gobierno con su eterna deuda dizque para sus "proyectos prioritarios" como dijo Samuelín, el imberbe gobernadorcillo de Nuevo León. Esto sucede solo en el corto plazo, porque los préstamos existentes en empresas y gobiernos normalmente son contratados con tasa fija, de manera que cuando estos vencen, entonces si tienen que pagarse, o renovarse, como siempre lo hacen, pero ahora a tasas muy elevadas... porque deben de saber que el capitalista no se conforma con las ganancias que produce su inversión, sino que pide prestado el ahorro de otros (bancos, financieras, etc.) para aumentar su producción y sus negocios... paga 10 % de interés y gana treinta por ciento... siguiendo la máxima abarrotera española de "peso que no da tres pa' qu'es". Chido ¿No? Escuché en la TV en el canal de negocios "Los precios de las casas se han disparado enormemente (en Austin 40 % por año) debido al aumento del costo de los materiales para construirlas: Madera 10 %, pintura 25%, y así, pero nunca mencionaron los salarios de los trabajadores... claro, les siguen pagando una "baba de ruiseñor". ¿Y a ti Ricardo, cómo te ha ido con la inflación? Pues "Ni bien ni mal, sino todo lo contrario", "pero no le hace"... Aumentó tres veces el precio de dos de mis casas en Austin y perdí por la inflación en mis ahorros en efectivo: verán: 100 dólares, menos 7.5 %... 92.50 dólares en términos reales ¡pa' su mecha! Perdí un "six pack". Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

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